Caerse
Al despertar, mi frente estaba húmeda y pude observar la extraña silueta que con cuerpo de sal esculpida acicalo mis heridas para su ultima función.
No, solo pude insistir en lo que fuera una extraña sensación, la incomodidad y a la vez la gracia. Dormir todos los días con tu peor enemigo.
resbalarse de la cama sin terminar de caer en un agujero.
Si, ahora que despierto, al ver mi propia sombra, la sangre en mis manos.
Recuerdo de una época de sueños. En los que mi pelo siempre recogido y húmedo por las olas, el ambiente olía a sal. las olas gemían. y las montañas daban paso a las praderas.
Norte de cordura, en súbita esperanza. el cielo crepúsculo de un Sur donde ahora me encuentro, se que no lo soñé estuve ali. Porque mis manos estaban mojada por la sangre de mis enemigos o quizás...
Mi propia sangre.
No cayeron suficientes enemigos que ahora bajo el cielo veo tornar los colores de mi vieja guerra. los sacrificios a los dioses y el aliento matutino del dragón en mi mejilla siempre vigilando con sus ojos mis pasos.
vienen en su búsqueda, o en la mía.
que clase de sueño es este que tan real es su compañía aun con la luz del día y no deja a mi cabeza otro pensamiento mas que el des hallarme muerta siglos atrás.
con sus cosas y las mías. de parte de esa hierba en la que tumbada anduve y la poción de unos besos al calor del fuego ¿Era una mujer? si tan valerosa, atadas.
a palo del sustento del concilio, renacimiento básico del huevo convivo a tantos km de ti, como de mis ojos en largas esperas.
si, si piso ese lugar de nuevo, volveré a encontrarte.
el lugar donde los sueños se hagan recuerdos.
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